Hoy estábamos en el trabajo cuando hemos visto pasar a Miki manejando un patinete con una sola mano y a la velocidad del rayo. Ojipláticos nos hemos quedado ante tamaña audacia.
Miki se aloja cerca de nuestro trabajo, en un apartamento situado en la casa de una familia tan generosa que su casa se ha convertido en el alojamiento de todos los niños que vienen.
Miki jugaba al fútbol pero a raíz de su osteomielitis crónica era incapaz de tener actividad física , por la infección , la limitación de la movilidad y el gran dolor que tenia en su brazo.
Ahora juega al fútbol, va en patinete, esta recuperando su infancia. Y todo ello con el brazo vendado...a la espera de la gran operación.
El verlo jugar tan feliz con sus nuevos amigos nos hace pensar en la emoción tan grande que supone ayudar a cambiar la vida de un niño. Un niño que tenia todas las de perder, pero que gracias al interés y a la humanidad de un traumatologo cubano, de nuestro representante etiocubano, la generosidad de un cirujano catalán, del hospital Son Dureta mallorquín, de la familia acogedora británico irlandesa, de los voluntarios y voluntarias de varias nacionalidades, de los socios y socias de Mediterránea mallorquines, peninsulares, canarios, y de otros países ; y de Manuel de Filipinas ( que cada mediodía les da de comer en su negocio de comidas preparadas Manuel Gourmet en Portals Nous) ha conseguido cambiar su suerte.Una verdadera cadena de solidaridad internacional.
El padre de Mikias es otro superpadre que rompe el tópico que corre sobre los padres etíopes: cocina, limpia (y muy bien) y cuida de su hijo. Los padres etíopes están poniendo el listón muy alto.
Mikias tiene una guapa profesora voluntaria de ingles de 15 años con la que esta encantado. Esta progresando rápidamente en este idioma, ya que también la familia acogedora es de habla inglesa, así como muchos de los voluntarios que nos ayudan. El saber ingles le sera muy útil para cuando vuelva. También le encanta jugar con el ordenador.
Mikias llego asustado y ahora tiene una permanente sonrisa en su cara. Y estamos en vísperas del Mundial, así que cuando este llegue su felicidad será completa.
Al hacernos cargo de todo y tratarse de largas estancias creamos unos estrechos lazos con los niños que vienen, y que perdura a través del tiempo ya que seguimos en contacto cuando vuelven a Etiopía.
Y así se instalan en nuestras vidas cada vez mas niños, niños todos ellos fuertes, resilientes y llenos de vida, a los que un día les toco la lotería de poder venir, lotería que por desgracia solo toca a unos pocos.
Foto: Mikias en el Aquarium . Mikias en la casita del árbol.