Poco a poco va cobrando forma el programa de salud visual que emprendimos este verano, gracias a la colaboración de la optometrista Margarita Canyellas y su mediación con la empresa para la que trabaja, Mutiópticas.
Hasta el momento, y con la coordinación de la voluntaria María Dolores Aguiló, se ha revisado la vista a 16 poblenses, de los cuales 7 han necesitado gafas, donadas por la Fundación Multiópticas.
Estaréis con nosotros en que este tipo de acciones, aunque pequeñas, son tremendamente efectivas para las personas cuya situación económica condiciona algo tan vital como ver. Fue la historia contada por el hijo de una anciana la que nos movió a preguntarnos si las personas a las que procuramos alimento o ropa ven correctamente la pizarra en la escuela, la televisión o pueden leer un libro sin que las letras o imágenes resbalen o jueguen a descolocarse. Ella, que no salía a la calle porque al no ver se tropezaba y por su avanzada y delicada salud podía romper sus huesos, nos abrió los ojos y así, en cadena, los de los voluntarios y profesionales de la visión.
Ahora faltan unos eslabones para cerrar el círculo de la solidaridad: alguien que se ofrezca a conducir de Sa Pobla a Palma a los próximos candidatos a graduar su vista, ya que ninguno conduce o tiene coche. También se necesitaría financiación para la gasolina y el parking del voluntario. ¿Alguna idea o aportación? Todas bien recibidas.
Pero antes del corto y cambio queremos dar nuevamente las gracias a Marga y a Multiópticas por su generosa colaboración, pequeños gestos que sirven para embellecer y dignificar nuestro mundo.
