La crisis ha golpeado fuertemente el sector de la construccion, y con ello muchos inmigrantes se han quedado sin trabajo. Sobreviven apiñados en pisos esperando la llegada del invierno, compartiendo lo poco que tienen entre ellos.
En Calviá ( Mallorca) , que hace unos años ostentaba el titulo de "municipio mas rico de Europa" grupos de personas esperan a que cierren los supermercados para poder sacar de los contenedores lo que se tira al final del día.
En estos momentos, y hablamos solo de un colectivo de un país determinado, tenemos 89 malienses en situación muy muy precaria viviendo en Palma de Mallorca. Tan precaria que no tienen para comer.
Es este el numero de personas al que tendría que atender la "olla solidaria".
Este numero nos ha desbordado y nos ha hecho difícil el poder contar con voluntarios particulares o con escuelas.
Estamos intentando por otras vías ( restaurantes solidarios que nos cobren a precio de coste).
La comida es un derecho básico de la persona, y todos estamos y vivimos en Mallorca, ese paraíso para algunos afortunados; donde convive el lujo mas extravagante y ostentososo con la miseria en su mas amplio sentido .