Por fin es viernes. Y, como todos los viernes, las mamás de los alumnos
(según a quienes les toque turno) vienen a colaborar con la escuela en tareas
de limpieza. A las ocho de la mañana ya estaban lavando sábanas baberos,
alfombras... Es su forma de contribuir a un proyecto que cuida de sus hijos y de ellas mismas. Y, como veis, lo hacen de muy buen humor!
A nosotras nos tocó seguir cosiendo cintas para identificar los uniformes por grupos. El año pasado era yo la que me empeñaba en desarrollar la labor tutorial en la guardería, de modo que cada peque se identificase con una cuidadora y cada una de ellas se hiciera responsable de cada niño y de atender, informar y escuchar a sus familiares.
Y este año son ellas las que demandan este tipo de organización: listados, grupos, numeración, clasificación por colores... ¡Me encanta que le hayan visto la utilidad y que esto esté resultando!
Así cosía, así, así! Lo bueno es que, mientras cosemos, organizamos, preparamos las clases del curso,hacemos listas de materiales que hacen falta... en nuestra “central de operaciones”, que ahora es el almacén, vienen a vernos y comernos a besos niños tan diver como los de la foto !
Ha llegado un niño nuevo. Su padre es un mendigo minusválido, con una pierna malformada, que camina con muletas . El peque, por su edad, ha entrado
directamente en el grupo de los “melones”, gracias entre otras cosas a que las cuidadoras de esa clase no han puesto inconveniente a sumar un alumno a su
grupo. El peque venía, como tantos otros en su primer día, sucísimo, harapiento y con eccemas en la cabeza. Lo bañamos, le echamos una loción y le dimos dos
uniformes nuevos, además de algo de ropa para su casa. Anda que no quedó guapo! Y encima desayunó, se tomó el tentempié, comió y merendó. Y por
supuesto, jugó, cantó, hizo amigos...
Hoy fue el último día que vinieron todos los maestros de la escuela. A partir de ahora tocan dos meses de vacaciones escolares. Pero, como en Abugida los niños no solo aprenden, sino que reciben comida, cuidados sanitarios y un techo mientras sus madres trabajan, este paraíso no cierra jamás. Como en cada aula hay dos maestros, uno de ellos se irá de vacaciones y el otro cobrará doble sueldo por quedarse. Ellos mismos se organizan y eligen irse o quedarse. Así que los maestros que se quedan trabajando organizaron un homenaje (ceremonia del café) para despedir a los cuatro que se marchan de vacaciones.
Después del curso, fuimos al mercado. Compramos canastos para que los peques dejen los zapatos en la puerta (hay tantísimo barro que no podemos entrar calzados en clase) y orinales nuevos para los bombones.
El curso para las cuidadoras (con la presencia también hoy de la directora) ha tratado sobre la “Higiene”. Les hemos hablado de la limpieza de los niños, de las aulas, de los cuartos de baño y de las propias cuidadoras. Hemos hablado de las ventajas de la higiene (evitamos enfermedades, reducimos contagios, nuestro trabajo es más agradable y nosotros mismos estaremos más sanos) y hemos tratado el tema de los pañales (cuándo, cómo...) y del baño (útiles, grupos, forma de bañar al bebé, como usar el baño como momento educativo, precauciones, geles, cremas y aceites, el baño y su componente emocional...).
Tendremos que seguir con este capítulo el lunes porque no dio tiempo a terminar. Es largo e importante (aun queda lavado de manos, limpieza del
aula, control de esfínteres...) y el hecho de hablar en nespañol y esperar a que Zerihun nos traduzca cada punto a amhárico lleva tiempo. Las chicas siguen
asistiendo y mostrando interés con su participación, sus preguntas, sus propuestas...
Podría contaros mil cosas más de un sol día (creo que en Abugida los días son de 48 o 49 horas), pero es tarde, me caigo de sueño y mañana toca madrugar
A las 8 en punto llega una niña a la que vamos a llevar al oftalmólogo en Addis. Ya os cuento.
Besotes. De chocolate, claro!