LUNES 18 DE JULIO
Para acabar con el estrés y empezar el día en positivo, me doy un baño de peques.
Media hora en el aula de mis “melones” y ya todo es color de rosa! Ya me llaman “¡ALE!”. Se acabó lo de “faranyi”. Bueno, se acabó el disfrute, a trabajar!
Empezamos la mañana, como siempre, recibiendo cientos de besos de buenos días. Me dejan rota, porque parece que se pican a ver quién da el beso
más fuerte y más largo. A cambio solo reciben nuestros besos, abrazos, sonrisas, miradas cómplices y bromas con el idioma. Porque hemos querido resistir la tentación de comprar chuches, dar regalitos... para que no se pasen el día detrás
nuestra pidiendo más. Y resulta que eso parece sobrarles! De todos modos, creo que el último día caeremos en la tentación!
Nos acercamos en gari al centro a cambiar euros por birrs para hacer compra de materiales. Hecho. Vamos al mercado a por las cortinas. No están listas, qué desastre.
Hemos quedado con la de otro puesto que nos va a traer los 50 calcetines que nos faltan.
Solo hay 25. Tenemos el día! Zeri para en la carnicería donde la escuela compra la carne para la comida de los peques, para supervisar que sea un lugar higiénico y adecuado. Le da el visto bueno y volvemos a la escuela.
En Abugida han sacado mangueras y están hoy limpiado las zonas exteriores. La escuela está preciosa, limpita, con los jardines cuidados, los materiales ordenados... como ya todos sabemos, es el paraíso de la zona. Hoy el dueño de un bar de la zona nos pidió si podíamos escolarizar a su hijo aquí. Le dijimos que él tenía dinero para pagarle una escuela, que tenía hasta un negocio y ganaba. Que esta escuela era para los niños de familias en situación de extrema (extremísima diría yo) pobreza. Entonces se sorprendió porque él pensaba que Abugida era una escuela privada! Y es que lo parece!
Ya tengo hecha la foto de los cuatro que faltaron el otro día. Caja Roja completa! Estas aun tengo que llevarlas a imprimir, pero las del otro día ya están listas. Las hemos montado ya con el nombre de cada uno y las hemos colocado al lado de la cestita (modelo Ikea, como tantas cosas aquí) de cosas personales (esponja, calcetines para el aula, ropita...) de cada niño.
Mientras tanto, las seños bañaban a los niños que tocaban hoy. Ya tengo hechos y repartidos los horarios de baños de las cuatro aulas de bombones y melones. Los bombones se bañan en la escuela día sí, día no. Los melones un día sí, dos no. Hemos hecho todo lo posible por poner el máximo número de baños posible, pero son 68 críos! Espero que las familias, en la medida de sus posibilidades, puedan asearlos en casa cuando no toque en la escuela.
Las mamás de los antiguos melones han homenajeado hoy a Kedija y Kidist, como hace un par de semana lo hicieron las de los bombones.
Hubo, cómo no, discurso cargado de agradecimientos por el trato cariñoso hacia sus hijos, por el trabajo realizado. Hubo regalos para las seños (que nos tocó dar a nosotras, como siempre, aunque no llego a entender por qué) sacados del esfuerzo económico de familias más que pobres que valoran enormemente la labor que los profesionales de Abugida hacen por ellas.
Hubo palabras de las cuidadoras dando a las mamás las gracias , “amasaganallo”, “betam amasaganallo”) por el detalle. Y, como no podía faltar, hubo ceremonia del café y un enorme pan elaborado en casa por la mamá de mi apadrinado.
Hoy hemos tenido las dos primeras reuniones de tutoría. Las habíamos preparado en la última clase del curso de formación y han salido de lujo. Han asistido casi todos los padres (en realidad casi todas las madres, algunos padres –cuando no había madre- y algunas abuelas o abuelos –cuando faltaban el papá y la mamá–). Me encanta ver a las mamás etíopes, con sus pies descalzos, sus vestidos largos, sus telas africanas, sus pelos trenzados o sus cabezas cubiertas... en este entorno tan europeo que es la escuela. Quedan de lo más pintorescas y
se me ocurren mil fotos que hacer y mil cuadros que pintar. Las maestras, como habíamos acordado, han dado la bienvenida y han agradecido el esfuerzo de la asistencia, se han presentado, han explicado el horario de la guardería,han leído el menú semanal de comidas, han hablado de los uniformes y de la importancia de traer a los niños lo más aseados posibles, han pedido que no traigan a los niños enfermos a la escuela solo porque aquí pueden comer (en su lugar, hemos dicho que si el niño está enfermo pueden venir a decirlo y llevarse algo de arroz o pasta para darle en casa), las tutoras han ofrecido una hora semanal de atención a las familias y han dejado la escuela a su disposición.
Por su parte, los familiares no han dejado de agradecer lo que se hace por sus hijos. Es emocionante oírlos hablar. Dicen que antes no tenían qué darle de comer a sus hijos, o que no podían irse a trabajar porque tenían que cuidarlos, y algunos abuelos al cargo de los peques transmiten la calma que tienen ahora con esta ayuda en la crianza de los niños.
El abuelo de la foto está tan contento de que su nieto esté en nuestra guardería, que se ha ofrecido para lo que necesitemos de mantenimiento y embellecimiento de la escuela. La comunidad implicada en la escuela, así me gusta!
En el grupo de los pequeños, además, la seño les ha mostrado el que a partir de ahora va a ser su cuaderno de tutora, con la ficha de cada alumno (datos personales, datos familiares, datos médicos, incidencias , acuerdos con la familia, evolución...).
La verdad es que he alucinado en las dos reuniones, han sido inmejorables. Qué seños tengo!
Y de paso, hemos regalado a cada familia un biberón y 22 sobres de leche de continuación para que los peques puedan cenar cada día o para los fines de semana. Ha sido una alegría para todos.
A las cinco hemos acabado, le he dado Dalsy a uno de los peques que tenía fiebre y nos hemos ido a comer. Antes no nos había dado tiempo! Pero la espera ha
merecido la pena porque el arroz que nos prepararon hoy (comida-cena) estaba riquísimo.
Hemos vuelto al mercado a por las cortinas. Estaban todas... menos una... que resulta que hay que pagar aparte (y bien cara) porque se equivocaron en el presupuesto. Qué desespero! “Esto es Akaki”, insiste Zeri para templarnos (porque vamos armadas con las barras de las cortinas y ahora sí que es peligroso enfadarnos). Bueno, templemos, ya tenemos un montón para ir colgando mientras nos confeccionan esa última...
Como hemos comido mucho y tarde, resolvemos la cena con una cerveza y un yogurt (nuestro último descubrimiento... ahora nos falta que el del kiosquito descubra de qué va lo de la fecha de caducidad).
Se acabó el lunes. Toca dormir que es tarde y la semana promete.
Besitos de chocolate.