25/7/11

DIARIO DE ALE EN ABUGIDA-7




 MARTES 19 DE JULIO









El día empezó fatal! Carol se ha pasado la noche sin pegar ojo y ha amanecido baja de ánimo. Tan baja, que mientras  desayunábamos se echó a llorar. Llueve día tras día, el trabajo es duro (el que quiera vacaciones solidarias que busque otro proyecto, éste no es vacacional), hace días que no podemos acceder a internet y las llamadas son imposibles (y esto nos hace sentir más lejos de lo que aun estamos), cada cosa que tenemos que hacer nos cuesta un montón de viajes (no cumplen los plazos, no cumplen los presupuestos, todo hay que negociarlo muchísimo…)En fin, ella sabía que esto no era fácil pero ahora lo está viviendo. Y, bueno, un mal día lo tiene cualquiera. Lo bueno es estar rodeada en esos días de buena gente. Y aquí lo estamos. Jonás el almacenero que nos cuida permanentemente, la directora siempre bromeando con nosotras, la seño Kedija que parece nuestra madre, Alem que cocina para nosotras con todo el cariño, los peques que nos comen a besos… !Así que hicimos terapia de grupo!Conversamos sobre el país, su cultura, las cosas que hemos de cambiar para que logre el desarrollo necesario… revisamos lo que SÍ llevamos hecho hasta ahora (que es mucho) para animarnos y organizamos lo que queda por hacer… y la dire y Jonás nos aclararon “pero os preocupáis por cosas materiales… !Dios está aquí y es bueno!”. Y con esto (sin bizcocho) nos fuimos al aula de los bebitos a ver cómo iba todo.
La seño Kebebuch ha preparado papilla para todos a modo de tentempié. Y no veáis cómo zampaban estos peques. Cuatro manos dando de comer y no dábamos abasto! ¿Pero cuántos meses llevaban sin comer? ¿Cuándo se van a saciar? Una mamá nos dijo hoy que desde que su bebé fue aceptado por  Mediterránea en Abugida, pasó de pesar seis kilos a pesar diez. Y aunque es verdad que a esta mamá, antes de abrir la guarde para los nuevos, se le estuvo dando aquí leche para que lo alimentase en casa, también es cierto que el nene pesaba menos de la mitad de lo correspondiente a su edad. A este paso, pronto pesan el doble!
Barrigas llenas y… ¡a jugar! Los xilófonos (y muchos más juguetes) que compré con vuestras aportaciones les encantan. Y el balancín que trajo Victoria también. Se van adaptando al aula, a las seños, a las comidas…
En el aula se cumplen ahora los horarios. La semana pasada pusimos relojes en todas las clases y como os conté, las cuidadoras hicieron horarios en cartulina. Eso y su buen hacer está logrando que dé tiempo a todo, que los peques anticipen y se sientan más seguros, que el equipo entero esté bien coordinado.
En el aula de los “melones” han estado poniendo las cortinas que recogimos ayer. Se morían de la risa con el ruido del taladro! La hora de la siesta ha sido más agradable que nunca, porque ahora el aula estaba oscurita. Mañana en Addis buscaremos un reproductor de cds para poder ponerles música de relajación en este ratito.
Y mientras los pequeños dormían, pillé también a estas seños elaborando sus propias libretas de tutoría, anotando en ellas los datos personales de los alumnas para tenerlos siempre a mano, y dejando espacio para escribir de cada niño todo lo que les hemos pedido que registren. Así tendrán más control y además el año que viene, cuando los niños cambien de seño, la nueva sabrá mucho de cada niño porque todo estará ahí apuntado.
¡Menuda escuela tenemos montada! Y además, centro bilingüe porque los mayores me cantan canciones en español!
Y como “Abugida nunca es aburrida”, hoy hemos tenido novedad. Este chico vino a pedir ayuda. Tiene 15 años. Sus padres murieron (sospecho de qué) hace cuatro años. Ha estado viviendo desde entonces en esta casa de barro, con la familia de un amigo de su padre que lo acogió. Pero este señor tiene otros 8 hijos y ahora le dice que es demasiada carga para él, que debe independizarse. El chico quiere seguir estudiando y vino a la nuestro paraíso a pedir ayuda. Y cómo no, se le dio (no sin antes corroborar toda la información… hablamos con él, con el señor, visitamos la casa…). A partir de ahora le daremos de comer en la escuela y, tal y como pide, le compraremos colchón, manta, sábana y todo lo necesario para que pueda vivir dignamente sin ser una carga para su familia de acogida. Pero él, a cambio, va a prestar un servicio a la escuela, haciendo lo que mejor sabe: pintar. ¡Menudo artista es! Está muy ilusionado de encontrar ayuda y amabilidad y de poder además demostrar lo que vale. Yo ya le he reñido antes de empezar, advirtiéndole que no se emocione pintando y se le vaya el tiempo de estudiar, que lo primero es lo primero. Jeje! De paso, como veis en la foto, lo hemos vestido con la ropa nueva de su talla que mi compi Isabel me dio, y con el chándal del C.P. Puente Real de Badajoz (la tienda de uniformes me regaló varios, qué bien me han venido!).
Después de clase, hemos vuelto a tener reunión de presentación del curso con las madres de otros dos grupos de alumnos (los de las aulas 1 y 2). Igual que hicieron ayer las de las clases 3 y 4, se ha hablado de horarios, comidas, actividades… y las cuidadoras se han presentado ante las madres de los alumnos que tutorizan, recordándoles que estamos para servirles, abiertos a todas sus sugerencias. Yo he aprovechado para decirles a las mamás que tienen la suerte de contar con unas seños maravillosas que cuidarán de sus niños más que bien. Las madres en el aula vuelven a dejarme imágenes tan bonitas como éstas...
Como broche de oro para esta jornada escolar, veo por la ventana (sin que sepan que estoy ahí), como la abuela de Mikiyas (uno de mis bombones del verano pasado), viene a traer a su niño a darle un beso a sus seños del curso que terminó. Porque aunque Miki está feliz con sus nuevas cuidadoras, quiere un montón a quienes le quisieron un montón. Ahí quedan las imágenes robadas del encuentro que demuestra lo bien que trabajan las chicas de Abugida.
El resto de la tarde la hemos pasado en el mercado. Hemos comprado más calcetines (y ya van 142) y otras muchas cosas y nos hemos regalado una cena en la gasolinera.
A mi Carol se le pasó el disgusto matinal en poco tiempo (aquí las penas duran poco) y acabamos riéndonos todos del comienzo del día, que parecía que iba a ser de esos en los que todo sale mal, y acabó siendo de esos en los que todo sale bien! SALIÓ EL SOL!
Felices sueños y muchos besos de chocolate.