
Ahora mas que nunca colaboramos estrechamente con otras organizaciones y no dudamos que las colaboraciones, tanto puntuales como a largo plazo entre dos o mas organizaciones va a ser muy normal en el futuro.
Una de las características de Mediterránea es el no rendirse ante los desafíos, la injusticia, la corrupción y la complejidad de los programas. Este modus operandi no es fácil y en ocasiones leva a grandes dificultades y desafíos. Como en los cuentos simplones, no vamos a dejar que el mal venza.
Mediterránea tuvo varios sistemas de funcionamiento y actualmente el que estamos consolidando nos parece el mas operativo y eficaz para una organización formada por voluntarios.
La estructura es la siguiente: hay una Junta Directiva formada por seis personas que toma las decisiones trascendentes de la organización y mantiene y desarrolla la filosofía de la entidad, luego hay los coordinadores de programas que son ayudados por los voluntarios y que levan a cabo las tareas que desarrolla la ONG en los teatros de operaciones. Así mismo tenemos socios que nos ayudan con sus aportaciones, sugerencias y animando a amigos y a familiares para que se hagan socios.

Cuando un programa se acaba la célula se disuelve y los voluntarios descansan o pasan a trabajar en otra célula aportando sus conocimientos. Los miembros de la Junta tienen funciones fijas y/o forman parte de una o mas células. Lógicamente hay voluntarios especializados que trabajan en ocasiones durante periodos cortos en una célula y luego pasan con sus conocimientos a ayudar en otra que puede ser de una esfera totalmente distinta.
Las estructuras rígidas pueden llevar a una monotonía y perdida de entusiasmo por parte de los voluntarios. Los motivos por los cuales las personas son atraídas hacia el voluntariado y las ONGs son diversas pero los motivos por el cual trabajan con dedicación y buen rendimiento son compromiso , solidaridad y entrega.
Mediterránea aspira a crecer y expandirse pero de manera pausada, ordenada, consolidando posiciones y respetando el hecho que los voluntarios no viven de esto. La carga del trabajo se tiene que distribuir para evitar el desgaste de los voluntarios y es importante que los voluntarios entiendan que pueden marcar sus limitaciones en lo que concierne su disponibilidad con toda confianza. Para el voluntario la recompensa viene en la satisfacción de ver una labor solidaria bien hecha y en lo mucho que este tipo de actividad nos enseña.
Espero que sigamos desarrollando a Mediterránea y su filosofía, en el futuro. Es una experiencia única que da mucho sentido a la vida para mi y espero que lo sea también para todos vosotros.